Fueron cerca de una decena los stands que, ubicados frente al casino de la Facultad, enseñaron el trabajo realizado por los alumnos durante el primer semestre de Práctica I. En esta materia, se busca que los estudiantes se acerquen técnicamente a la realización de un seminario que se les asigna en función de aproximadamente 8 áreas de interés, que son distribuidas geográficamente a lo largo de todas las realidades agroecológicas que hay en el país.
"Este seminario tiene como objetivo final un escrito, en términos internos, y externamente, para la comunidad de la Facultad, generar esta feria, que busca que el estudiante establezca una relación con sus futuros profesores, sea referenciado por sus pares de años superiores y les permita validarse, en término de los conocimientos que pueda adquirir en un primer semestre", señaló el Prof. Juan Manuel Uribe.
Es así como, en esta primera etapa, se busca la validación de los grupos de trabajo como tal y se los anima a una segunda etapa, que es el semestre siguiente, donde ellos van a desarrollar un proyecto que determine indicadores ambientales que afecten al suelo, al agua, a la biota o a las personas. Que constituye la parte ambiental de los sistemas silvoagropecuarios.
"Entonces este es un primer paso motivacional para que los alumnos vean que el esfuerzo que hacen por obtener esto se les reconoce y también se les recompensa en término de sus calificaciones", añadió el académico.
La dinámica, permite que los alumnos integren las materias de la cátedra de botánica, que imparte la profesora Loreto Cánaves, "con quien podemos establecer también una comunicación en términos de lo que ella está procurando evaluar o entregar dentro del ejercicio de sus talleres, lo cual genera una suerte de sinergia que es muy interesante".
Mayor interés de los académicos
La profesora de Botánica, Loreto Cánaves, fue la encargada de acompañar al profesor Uribe en el recorrido por las disertaciones de los diversos grupos. A su juicio, los trabajos fueron muy bien abordados y disertados por los estudiantes.
"En general los trabajos están muy bien llevados. A mi me interesan mucho las competencias transversales, que es cómo ellos se presentan, cómo hablan, cómo plantean una presentación, y se ve bien, queda claro que ellos se han interesado acerca de cómo funciona el mundo científico, como presentar un paper, como entregar un documento con cierta información. Yo creo que, independientemente de las áreas de interés, se están cumpliendo las competencias, o sea hay un aprendizaje", señaló la Prof. Cánaves.
Pese a lo anterior, la profesora tuvo una visión bastante crítica acerca de la participación de los académicos de la Facultad, quienes tendrían los conocimientos necesarios para estimular el interés académico de los jóvenes estudiantes.
"A mí me interesaría que los profesores participaran más de este tipo de actividades, porque yo creo que a los alumnos esto es lo que les interesa. Tal como sus pares, que son sus compañeros pueden acercarse y decirles "que bueno te quedó el trabajo", etc., los académicos, con la experiencia que tienen en las diferentes especialidades, puedan hacerles preguntas un poco más consistentes que les permita a los alumnos saber cuanto saben o descubrir la capacidad que tienen de generar una respuesta, de hacer un análisis comprensivo", puntualizó.
Intereses variados
Desde el ensilaje de alfalfa, pasando por la producción de cranberries y hasta el embalaje en clamshell, fueron algunos de los temas abordados por los grupos de estudiantes en esta feria.
"A nosotros nos tocó diseñar un modelo de capacitación para una empresa productora de berries en la zona de San Pedro en Melipilla. Primero vimos las limitantes que tenía esta empresa, para luego plantear posibles soluciones", señaló el alumno Andrés Arias.
Dentro de los problemas que su grupo pudo observar, el principal es la manera en que la empresa realiza marketing, "ellos venden en bandejas de 5 kilos y nosotros tratamos de fomentar el paso a los clamshell, para llevar el producto a un público que esté dispuesto a pagar una mayor cantidad por un producto de mayor calidad".
La otra limitante detectada fue el individualismo con el que trabajaban las diversas familias productoras de la zona, ya que siendo más de 50 familias, trabajan todos de forma independiente. "
Si ellos se juntaran, podrían invertir y comprar túneles de frío para poder exportar a otros países", añadió.
El proyecto de Sebastián Contreras y compañeros, en tanto, pretendía evaluar la factibilidad de la utilización del ensilaje en Chile.
"Nosotros hicimos una caracterización del ensilaje de alfalfa, desde la V a la XI Región. El ensilaje es una técnica de almacenamiento anaeróbica la que se caracteriza por la fermentación de los forrajes para mantener sus cualidades nutritivas y así obtener alimento para el ganado", puntualizó Contreras.
Lo que el grupo pudo observar, fue que desde la quinta a octava región, se utiliza mayormente la henificación, producto de la luminosidad y porque esta técnica es más económica, "por lo tanto el ensilaje se puede utilizar en la zona sur, porque allá, por las condiciones climáticas que tienen, no se puede ocupar el sol como factor y estos silos permitirían no perder tanto material".
Destacable es, así mismo, el trabajo realizado por Valentina Canelo, Cristian Carrasco, Rodolfo Castro y Diego Cerda sobre los "Mecanismos de adaptación tecnológica y programa de producción de cranberries para la agroindustria de exportación".
Los alumnos pretendieron "centrar la investigación en la incorporación de la tecnología empleada durante la producción de cranberries para hacerla más eficiente, rentable, limpia, ecológica y, al mismo tiempo, no dañe la integridad de los frutos"
"En el cultivo siempre buscamos tener una producción que sea rentable, económica, confiable; es por eso que debe evaluar nuevas tecnologías y adaptaciones para una mayor efectividad", añadieron los alumnos en su trabajo.
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Unidad de Comunicaciones / Facultad de Ciencias Agronómicas
