Diversas áreas y campos del conocimiento, proyectos, visitas, investigaciones conjuntas y más. Estos son algunos de los puntos en común que, desde el mundo académico, reúnen a Chile y a Estados Unidos, aristas que fueran revisadas en el encuentro Bicentenario Chile - Estados Unidos, que reunió a la comunidad de ambos planteles y otras instituciones los días 24 y 25 de octubre. La primera jornada se desarrolló en el Campus Oriente de la Pontificia Universidad Católica (PUC), mientras que la segunda aconteció en la Casa Central de la Universidad de Chile, cita que contó con la participación del ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren.
El ministro destacó la relación entre ambos países, señalando que el sentido de este encuentro va de la mano de “doscientos años que reflejan la evolución tanto de Estados Unidos como la de nuestro propio país”, trayectoria en la que inscribió “hitos, muchos de ellos extraordinariamente positivos. Algunos hitos que son muy oscuros, como lo fue la intervención de Estados Unidos en nuestro país durante años, que preferimos olvidar, pero siempre hemos sido capaces de superar los momentos difíciles entre ambos países y mirar hacia adelante”.
“Hoy podemos decir que nuestra relación con Estados Unidos es una relación madura, es una relación entre dos países que comparten valores muy profundos, que comparten una historia, que comparten un mismo continente y que comparten también muchos desafíos”, cerró el secretario de Estado.
Por su parte, la Rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, destacó que, “en nuestra historia, la diplomacia cultural ha logrado promover los valores del espíritu y del conocimiento, así como las expresiones y manifestaciones identitarias de la diversidad cultural de nuestros pueblos, las que sin duda derivan en mayor comprensión e integración mutua”. En este sentido, agregó, “sabemos que el diálogo intercultural y la cooperación educacional son claves para estrechar los lazos y fraternidades entre países, lo que se vuelve esencial en un mundo cada vez más interdependiente y globalizado. Por ello, es tan importante sostener este foro destacando que el intercambio académico ha sido siempre un pilar en nuestra relación".
Para el Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Ignacio Sánchez, esta cita, “junto con celebrar los 200 años, es un evento muy significativo porque junto con la U. de Chile hemos trabajado conjuntamente y hemos aglutinado a muchas universidades del país. Estados Unidos nos vuelve a unir en muchos aspectos, es el país con mayor cantidad de inversiones en nuestro país y uno de los destinos más importantes, no solo en relación a las exportaciones, sino que también en temas culturales, intercambio educacional, ciencia, tecnología e innovación. Probablemente, después de este seminario, se producirán nuevas investigaciones, ideas y propuestas que contarán con el involucramiento de nuestros académicos y académicas, y estudiantes de pregrado, de magíster y doctorado”.
Asimismo, la embajadora de Estados Unidos, Bernadette Meehan, afirmó que “esta conferencia ha sido una oportunidad para dialogar y conocer nuestra historia compartida, y los desafíos que enfrentamos en el ámbito de la ciencia, la inclusión, la diversidad, el idioma inglés y la colaboración económica, académica y de investigación, entre otros”. La diplomática, además, señaló que las dos jornadas de trabajo colaborativo “nos demuestra la importancia de la educación y la comunicación como factores claves para el desarrollo y la solidaridad de los pueblos”.
Colaboración entre instituciones de educación superior
La importancia de la larga historia compartida por las instituciones de educación superior de ambos países, a través de proyectos de colaboración e investigación conjunta, iniciativas de formación, entre otras, fueron parte de la conversación de la segunda jornada del encuentro. En esta instancia, desarrollada en la Casa Central de la Universidad de Chile, las y los participantes reforzaron la idea de que la acción colectiva y colaborativa son la base para abordar los desafíos que presenta la sociedad actual.
De acuerdo a la directora de Relaciones Internacionales de la U. de Chile, Alicia Salomone, las universidades son el espacio privilegiado para la preparación de quienes conducirán y tomarán las decisiones en tiempos venideros, por lo que “tienen la responsabilidad de ofrecer a nuestros y nuestras estudiantes las mejores oportunidades educativas, preparándoles para afrontar los complejos retos de la actual etapa civilizatoria. Además de proveerles contenidos pertinentes y perspectivas teóricas y prácticas adecuadas, se hace indispensable que desarrollen competencias para enfrentar la complejidad y desenvolverse en un mundo diverso y en cambio acelerado”.
En tanto, desde la PUC, la vicerrectora de Asuntos Internacionales, Lilian Ferrer, indicó que uno de los primeros desafíos es “focalizar el trabajo en áreas temáticas específicas, como el cambio climático, la sustentabilidad y la inteligencia artificial, así como también la necesidad de colaborar más en la formación de personas y de conectar más a nuestros estudiantes de postgrado, sin olvidar el mundo de las humanidades y de las artes como elementos centrales en esta colaboración futura”.
Relaciones Chile – California
Uno de los polos de la relación académica de ambos países es California. Este vínculo fue analizado en la mesa “Acuerdo Chile-California: Impacto en el Desarrollo de la Colaboración Académica y de la Investigación”, en la cual participaron Joanna Regulska, vicerrectora y decana de Asuntos Globales de la University of California Davis; María Elena Boisier, directora de Investigación de la PUC; y Reinaldo Campos, director del Departamento de Producción Agrícola de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la U. de Chile. Este espacio fue moderado por Lilian Ferrer, vicerrectora de Asuntos Internacionales de la PUC.
El Plan Chile – California, suscrito bajo el nombre “Colaboración para el siglo XXI” el año 2008, se basa en el compromiso conjunto de ambos territorios por cooperar en áreas de interés mutuo en tres grandes áreas: capital humano avanzado; comercio y negocios; e investigación y desarrollo. Este vínculo tiene como antecedente un primer plan de la década del ‘60, denominado “Ayuda para el Desarrollo”. Dicho acuerdo, enmarcado en la Alianza para el Progreso, estableció cooperación técnica en áreas tan variadas como la agricultura, educación, gestión de recursos hídricos y transportes.
En el caso de la Universidad de Chile, este primer campo disciplinar fue uno de los principalmente impactados por el Plan. Según relata el documento “Innovadores en la Educación Agronómica Chilena”, del profesor Pedro Calandra y del ex decano Antonio Lizana, ambos de la Facultad de Ciencias Agronómicas, el vínculo se manifestó en la realización de varios postgrados de estudiantes chilenos que regresaron al país con esa formación. Dentro de las consecuencias de esta aproximación destacan el avance en fitopatología vegetal, nuevas estrategias de manejo de plantas y técnicas de injertación, poda y raleo de frutales, técnicas de postcosecha, entre otros.
Actualmente, la Universidad de Chile posee un vínculo de colaboración con planteles como la Universidad de California Davis. A contar de 1996, además, se cuenta con un convenio marco, seguido de un convenio específico con el Centro de Biotecnología de Semillas (SBC), que reúne a diversas instituciones, incluyendo a la Casa de Bello (2008); así como con la Facultad de Filosofía y Humanidades (2009); con la Facultad de Derecho (2010); con la Facultad de Artes (2012); y con la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (2015).
En la mesa referida a este ámbito, el profesor Campos señaló que actualmente “los problemas son globales y, como son globales, necesitamos respuestas a su vez de todo el conjunto”. Uno de estos problemas, ejemplificó, es que “un tercio de todo el alimento que se produce, se pierde, por diferentes motivos, lo cual es enorme y hoy nos falta alimento para la gente, así de simple. El cambio climático está trayendo situaciones que son más complejas, por lo tanto, ese tercio no va a disminuir de forma mágica: se va a requerir respuestas”. Un camino para abordarlo, planteó, es la inteligencia artificial. “Si se puede hacer diagnóstico en medicina, se puede hacer en cualquier otra área, es solamente ponerse de acuerdo y conversar”.
Desde la PUC, María Elena Boisier remarcó que hay suficientes puntos de convergencia entre Chile y el territorio de California, donde “todo el ámbito de los desastres naturales es algo que lamentablemente compartimos. Tenemos mucho que aprender en términos de terremotos, tsunamis, incendios, pero también en otras áreas como longevidad, IA, cómo la tecnología nos puede ayudar en una mejor calidad de vida”. Este vínculo, sostuvo, debe forjarse “con un llamado de un Ministerio de Ciencia, de una Agencia Nacional que nos convoque a las universidades a estar asociadas y poner la mejor expertis que tenemos cada uno para enfrentar desafíos comunes que se nos vienen como humanidad”.
Para Joanna Regulska, de la U. de California, es preciso reconocer que “las instituciones tienen sus propias prioridades”. Por ello, “lo esencial es siempre ver esto como una colaboración complementaria en vez de competitiva. Una conversación como esta puede servir para generar estas sociedades. Por ejemplo, en IA con universidades de Chile y Estados Unidos podría resultar identificar los desafíos principales y crear consorcios alrededor de los cuales colaborar”.
Experiencias de aulas diversas
“Inclusión en la Educación Superior: Fomentando un Aula Diversa” fue otra de las mesas de la jornada. En el espacio participaron Osvaldo Curaqueo; director del Instituto de Estudios Indígenas e Interculturalidad de Universidad de La Frontera; Valtencir Mendes, jefe de Educación OREALC / UNESCO; Jeremy Gombin-Sperling, Diversity and Inclusion Liaison, Fulbright Americas Program; y Maribel Mora, directora de la Oficina de Equidad e Inclusión de la Universidad de Chile.
En el espacio, moderado por Paula Luengo, académica de la Escuela de Psicología de la PUC, los panelistas dialogaron y entregaron distintas visiones de cómo abordar la inclusión, los obstáculos de su implementación en los planteles, como las barreras sistémicas, los aranceles y la selección de ingreso, y los desafíos que enfrentan las universidades para transformarse en espacios inclusivos.
La profesora Maribel Mora resaltó que la Universidad de Chile ha tenido grandes avances en la inclusión de la diversidad, especialmente desde el año 2010, y que “hay tres ejes fundamentales que tienen que estar cuando hablamos de políticas de inclusión: el apreciamiento de la diversidad, la ética de la igualdad de oportunidades y la perspectiva de derechos”.
Además, señaló que, en el marco del trabajo que se realiza con la Red Interuniversitaria Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina (ESIAL) y el Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), se ha planteado la necesidad de la interculturalización de la universidad. “No basta solo con traer a los sujetos indígenas y de los distintos grupos marginalizados, sino que tenemos que cambiar las universidades para incluir todos los conocimientos que se producen desde esos otros lugares y quitarles nuestras formas de hacer universidad, como el racismo epistémico, que es el que deja fuera los conocimientos de los pueblos indígenas y de otros pueblos y comunidades”.
Para Osvaldo Curaqueo, la inclusión en la universidad se ve promisoria y considera que las universidades tienen el desafío de situarse y reconocerse en el espacio que están y a las personas con quienes comparten dentro del territorio. “Hay que dar grandes pasos, que son urgentes, y que hay que atreverse a más. Las universidades cada vez son más complejas y, por lo tanto, tenemos que atrevernos a ser más innovadores, de una mayor apertura, y abirnos a temas que son sensibles, como el racismo y la discriminación, que hay que hacerlos explicitos también porque esas son desigualdades que se producen al interior de la universidad”, indicó Curaqueo.
Desde la perspectiva internacional, Valtencir Mendes planteó que la inclusión significa que diferentes sectores de la sociedad estén integrados en el sistema de educación, por lo que hay que abrir el aula a la mayor diversidad posible con elementos que transformen el sistema de educación. No obstante, considera que “es importante incorporar a la juventud en los cuadros de gobernanza, su voz de manera real, no solo figurativa. Tenemos que creer en ellas y ellos, quienes tienen ese poder de transformación, porque es la sociedad que vivirán, por lo tanto, tenemos que contar con ellas y ellos si queremos transformar esta educación superior de la manera como creemos que tiene que ser: justa, inclusiva y de calidad”, agregó.
En tanto, Jeremy Gombin-Sperling indicó que los procesos de inclusión deben ser participativos porque “hay grupos estudiantiles que han estado luchando por siglos para avanzar en los derechos, el acceso de su comunidad, y pienso que hay que hacer que sea menos difícil que esas voces sean reconocidas, escuchadas, vistas e implementadas”.
Otros momentos de la jornada fueron el panel "Chile y los Estados Unidos de América: Presente y Futuro de la Colaboración Económica", en el que participaron Claudia Sanhueza, subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales; Daniel Lansberg-Rodríguez, académico adjunto del Programa de Iniciativas Mundiales de Gestión, Northwestern University; y Andrea Repetto; directora de la Escuela de Gobierno de la PUC.
También se realizó el bloque “Enseñanza de las Ciencias Políticas: Encuentro entre Dos Mundos”, donde se reunieron Claudia Heiss, jefa de la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Chile; Ben Schneider, director del Programa MIT Chile; y Valeria Palanza, decana de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencias Políticas de la PUC. La moderación de esta instancia estuvo a cargo de María Cosette Godoy, directora de la Escuela de Ciencia Política de la UDP.
La jornada incluyó cuatro sesiones temáticas paralelas: “El Programa Fulbright”, en la que participó Antonio Campaña, director ejecutivo de la Comisión Fulbright Chile. “Salud Mental y Educación Superior”, con Mariane Krause, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la PUC; Vania Martínez, directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay) de la Universidad de Chile; y Carolina Inostroza, directora del Magíster en Psicología Clínica de la Universidad de Concepción. “Inglés como segundo idioma”, con Christopher McGuire, director de English UC; María Francisca Morales, coordinadora Académica del Programa de Inglés de Postgrado de la Universidad de Chile; y Karol Trautman, directora de Relaciones Internacionales de la Universidad Católica del Norte. “Inteligencia Artificial y Ética en la Educación Superior”, con Gabriela Arriagada, académica del Instituto de Éticas Aplicadas de la PUC; y Sergio Celis, académico Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.
Revive el segundo día del encuentro en el Canal de Youtube de la U. de Chile:
Galería de fotos
Prensa Uchile + DRI U. de Chile. - Fotografías: Alejandra Fuenzalida + Antonia Cataldo