En diciembre de 2023, las académicas de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, Carmen Sáenz y Loreto Prat, participaron de una reunión técnica destinada a fortalecer las capacidades de vigilancia y gestión de la tuna en los países del área del Mediterráneo, donde existe un grave problema provocado por una conchuela o cochinilla que está diezmando el cultivo de esta especie en la zona.
El encuentro que se llevó a cabo en Marruecos, fue convocado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), debido al gran problema que afecta a las plantaciones de tunas en muchos países de la región del Cercano Oriente y del Norte de África (NENA), donde una conchuela está destruyendo miles de hectáreas en esa zona con la consecuente pérdida de un cultivo que es fuente de alimentos y de forraje en esos países y de la cual Chile está libre. En estas reuniones participaron académicos, investigadores y productores de diversos países, entre ellos Túnez, Jordania, Egipto, Siria, Arabia Saudí, Palestina, Líbano, Omán, Etiopía, Siria y Líbano.
En esta reunión, además de confirmar que nuestro país tiene ventajas para el cultivo de la tuna, se pudo compartir con los coordinadores de área y temáticos de FAO – ICARDA CactusNet (https://www.cactusnetwork.org/ ), de países tan diversos como Marruecos, Túnez, Chile, Argentina, México, España, Sudáfrica, Italia y Japón, quienes presentaros los avances en diversos temas en torno a esta especie. Ambas profesoras ocupan cargos en la directiva de esta la Red de Cooperación Internacional: la Prof. Prat es actualmente el punto focal de la Sociedad Internacional de Ciencias Hortícolas de la “CactusNet” de FAO – ICARDA y la Prof. Sáenz es la Coordinadora General de esta importante red de cooperación técnica internacional.
En el encuentro, donde también participaron los representantes de las oficinas de la FAO en Roma, Rabat, El Cairo y Túnez, se recalcó la importancia del cultivo de la tuna a la luz del cambio climático, así como los retos que plantea la plaga de la cochinilla, insecto de difícil control, que solo podrá controlarse si existe cooperación entre los países para combatirla.
También se realizó una visita a terreno a la región de Rehamna, donde los participantes pudieron observar las nuevas plantaciones que están haciendo un grupo de jóvenes agricultores que lograron controlar la cochinilla. Además, visitaron la Universidad Politécnica Mohammed VI de Benguerir y sus modernas instalaciones y laboratorios.
La tuna es una especie altamente adaptada al déficit hídrico y de bajos requerimientos de agua para producir, por esta razón las académicas coinciden en que se debería potenciar el cultivo de esta especie en Chile, sobre todo, teniendo en cuenta el cambio climático que hará que cada vez se disponga menos de este vital recurso.
En este sentido, la Profesora Sáenz explicó que la zona de producción típica en nuestro país ha sido Til-Til, aunque en el último tiempo y debido a la sequía que afecta esa zona ha disminuido su cultivo y ha despertado el interés en otros sectores como Melipilla. “Aunque es cierto que la tuna es resistente a la sequía y a la salinidad del suelo, también es verdad que el riego mejora la producción y la calidad de la fruta”, agregó.
Alto valor nutricional y medicinal
Además de la tuna, la planta en forma de paletas llamada nopal, es consumida especialmente en la gastronomía mexicana y es reconocida por sus propiedades medicinales: digestivas, antidiabéticas, y antiobesidad, entre otras. Esto se debe a que la planta y sus frutos contienen compuestos bioactivos, que incluyen flavonoides, compuestos fenólicos, fibra dietética, pigmentos y polisacáridos.
Al respecto la profesora Loreto Prat, explicó que “en Chile no tenemos costumbre de consumir este interesante alimento. El consumo de nopalitos significa un aporte de nutrientes saludables, principalmente para la salud digestiva, por su alto aporte en fibra dietética soluble, escasa en el reino vegetal. Una alternativa que ha comenzado a explorarse hace no muchos años en Chile es la producción de polvo de nopal, que se podría ver como un concentrado de fibra y cuyo consumo bajo diversas formas (en jugos, batidos, etc.) está teniendo aceptación entre los consumidores”, resaltó la académica.
En el caso del fruto del nopal (tuna), también contiene fibra dietaria y algunos minerales como potasio y calcio. Por su gran contenido de agua, es una de las pocas frutas que se consume en climas desérticos. Además de su consumo en fresco o como jugo, se pueden elaborar otros productos como las láminas deshidratadas de pulpa, a las que no hace falta añadir azúcar. Como existen tunas de colores, también se pueden usar como un colorante natural que se puede agregar en baja proporción al yogurt, por ejemplo, aportando de forma natural colores anaranjados o púrpuras, explica la Profesora Sáenz.
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Ingrid Court - Periodista