Terminar con la miseria y la hambruna del Tercer Mundo se ha convertido en el lema de una dura y larga batalla que están dando las organizaciones civiles para ser escuchadas y participar de las grandes tomas de decisiones sobre el tema.
Cuando las soluciones para los países más pobres pasan por escritorios y conversaciones entre políticos, gobernantes y empresarios, las ONG dicen ser los más idóneos voceros de una ciudadanía sin voz. ¿Su propuesta? La creación de un fondo solidario concreto y transparente, que contribuya al desarrollo económico de los más atrasados, y que comprometa, sin excepción, la cooperación de todas las naciones que se enriquecen gracias a la globalización.
A la vez, las ONG son concientes de que el camino es largo, pedregoso y que la única forma de ser atendidas seriamente por los gobiernos es fortificando alianzas entre ellas, a nivel nacional e internacional.
Estos y otros temas fueron analizados en el Seminario Internacional Cohesión Social y Financiamiento para el Desarrollo: el rol de la sociedad civil, organizado por la Asociación Chilena de Organismos No Gubernamentales (Acción) y la Plataforma de ONG Coordination Sud de Francia, y patrocinado por la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile.
A través de cuatro paneles de discusión, economistas y representantes de organizaciones civiles latinoamericanas y europeas debatieron sobre qué acciones tomar ante una sociedad que necesita estar unida para enfrentar la vorágine económica que trae consigo la globalización.
Además, hasta el viernes 23 de marzo se realiza la muestra ONGs en Acción, que reúne en los patios de la FEN las propuestas de más de 70 organizaciones de la sociedad civil.
Durante la inauguración de este seminario, el decano Felipe Morandé, calificó la instancia como "un avance invaluable en la urgencia de la discusión que deben plantearse Chile y el resto del mundo por fortificar las organizaciones civiles, ya que éstas son el único nexo puro y desinteresado entre los gobiernos y la ciudadanía".
Globalización: desfile de pesos ante estómagos hambrientos
Durante muchos años las esperanzas del mundo por frenar la pobreza de los países subdesarrollados se centró en la globalización. Sin embargo, los sueños de un planeta más justo y preocupado de avanzar en conjunto parecieron desvanecerse cuando la globalización llegaba a su apogeo.
Por eso, dice Álvaro Ramis, integrante de Acción, "la humanidad está aceptando la urgencia de crear mecanismos solidarios. Hoy podemos hablar abiertamente de establecer normas e impuestos de carácter global, que permitan lograr alguna forma de control democrático sobre los mercados".
Si bien ya ha habido avances en esta materia, estos todavía son débiles. En enero de 2004, durante la Conferencia de Monterrey, los presidentes Lula da Silva, de Brasil; Jacques Chirac, de Francia, y Ricardo Lagos, de Chile, suscribieron la Declaración de Ginebra, acuerdo en que propusieron la creación de una mesa de trabajo que analizara mecanismos innovadores de financiamiento para ayudar a los países más pobres.
En 2006, el gobernante francés puso experimentalmente en práctica una contribución solidaria sobre los pasajes de avión. Este sería un fondo mantenido netamente por los pasajeros (a través de la tasa de embarque), cuyos caudales irían directamente para ayuda internacional.
Chile quiso ponerse a la par, intentando implementar el mismo sistema, pero problemas de inconstitucionalidad no lo permitieron. Para superar el impasse el Poder Legislativo aprobó la inclusión de cinco millones de dólares anuales en el presupuesto del Ministerio de Relaciones Exteriores, dinero que sería destinado a los programas de superación del hambre y la pobreza de la ONU.
Si bien las ONG aplauden el interés y liderazgo que ha tomado nuestro país, Acción reclama la necesidad de crear un marco legal que garantice el uso efectivamente solidario de estos fondos.
Miguel Santibáñez, presidente de Acción, también plantea que las ONG han requerido a los Estados una mayor justicia fiscal.
"Necesitamos avanzar en una política tributaria justa, que luche contra la evasión y los paraísos fiscales. Pero este es un cambio que debe surgir en cada país. Es imposible una redistribución global de los fondos de manera ecuánime si cada nación tiene sus propios desastres tributarios", afirma.
Según Acción, la realidad chilena en este sentido es escandalosa. El 10% más rico de la población sólo tributa el 11,8% de sus ingresos, mientras el 10% más pobre contribuye con el 14,4% de sus ganancias. Además, el 75% de los ingresos tributarios totales se sustentan en impuestos indirectos que pagan la mayoría de los ciudadanos, continuando la premisa de que paguen justos por pecadores.
La unión necesaria para golpear la mesa
En el seminario, los especialistas coincidieron en que muchas ONG del mundo están siendo creadas con fines oscuros. La inexistencia de un organismo que las unifique y cree marcos éticos junto a normativas que las estructuren, ha dado paso al nacimiento de organizaciones de supuesta representación civil, creadas por partidos políticos, gobiernos o actores de la economía.
Al respecto, Tatiana de Vasconcelos, directora Nacional de la Asociación Brasilera de ONG ABONG, explica que la falta de unión entre estos organismos ha llevado a que muchos se salgan del verdadero camino filántropo para el cual fueron concebidos.
"Hay muchas características que pueden definir lo que es una ONG, pero sólo una y absoluta nos dice los que no debe ser. Una entidad de esta naturaleza jamás debe representar actores poderosos, como los gubernamentales o económicos", sentencia la dirigente.
Desde hace 10 años Acción ha trabajado en conjunto con otras organizaciones para lograr la creación de plataformas que cohesionen las ONG de Latinoamérica y el Caribe. Esta alianza permitiría mantener un contacto representativo con otras coaliciones del mundo para, en un futuro próximo, dar paso a la instauración de una plataforma internacional, un organismo superior que se sentaría en la ONU, para debatir de igual a igual.
Sin embargo, la existencia aislada que las ONG tienen hasta hoy trunca cualquier posibilidad de diálogo efectivo con los gobiernos.
Como afirma Miguel Santibáñez, "la sociedad política aún no comprende que las organizaciones civiles tienen absoluta propiedad para preocuparse por los asuntos de interés público. Nuestra opinión debería ser fundamental en cualquier proceso de toma de decisiones".
A juicio del dirigente, en Chile las ONG han sido desmedradas, no sólo por la falta de financiamiento y disgregación, sino también por los medios de comunicación masivos: "lamentablemente, estos medios nos han catalogado como entidades para-partidarias, al servicio de los intereses políticos de algunos, además de acusarnos de utilizar recursos estatales para nuestra existencia, cuando realmente ninguna de estas dos visiones es verdadero en absoluto", afirma el director de Acción.
Agrega que "han manchado nuestra imagen, dejándonos mal posicionados ante un país que nos necesita para fortificar su democracia. Por eso es urgente que nos cohesionemos, no sólo para evitar las percepciones ambiguas de nuestra función, sino también para ser un frente activo que defienda concretamente los derechos ciudadanos".
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Texto: Irene Padilla A.
Fotografías: Facultad de Economía y Negocios