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En el Día de la Biodiversidad

Conoce el gran aporte de los microorganismos al sustento de la vida

Conoce el gran aporte de los microorganismos al sustento de la vida

Naciones Unidas estima que hay cerca de dos millones de especies de seres vivos en el planeta, todos con una función fundamental para el equilibrio del planeta. En el marco del Día Internacional de la Diversidad Biológica, especialistas de Campus Sur destacan la importancia de los microorganismos para el sustento de la vida y la vulnerabilidad que conlleva su microscópica existencia.

La biodiversidad comprende todo lo que tenga vida en nuestro planeta, especies de todos los tamaños y formas han sorteado años de evolución, procesos naturales y la convivencia con los seres humanos, quienes hemos intervenido los ecosistemas y usado los recursos naturales. De acuerdo con Naciones Unidas hay un millón setecientas mil especies vivientes descubiertas, pero que la ciencia considera la existencia de cerca de trece millones.

De esta infinidad de especies, un alto porcentaje es tan diminuto físicamente que resulta invisible al ojo humano.  El profesor Pedro Cattan, académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (Favet), sostiene que se estima que cerca del 40% de las especies vivientes son microorganismos, entre los que se encuentran parásitos.

“Todo organismo parásito - virus, bacterias, protozoos, helmintos, insectos, ácaros y otros - es parte importante de la biodiversidad”, puntualiza el profesor Cattan compartiendo la problemática sobre si es segura o no su existencia.

“En general, nadie quiere portar parásitos o tenerlos en sus animales o en sus cultivos. Todos felices si disminuimos los casos de rabia, de cólera, de ascariasis infantil, de brucelosis en el ganado, de distemper en los zorros, felices si controlamos la polilla, los nematodos y los hongos que parasitan las papas. Si podemos exterminar algún parásito, la regla general es que lo celebremos”, afirmó el académico de Favet, confirmando la vulnerabilidad de estos microorganismos y la necesidad del ser humano por aniquilar su existencia fabricando antiparasitarios, antivirales o antibióticos, por ejemplo.

Lo cierto es que, si bien hay microorganismos que pueden desatar graves problemas para la salud humana y animal, existen otros que representan grandes beneficios para los ecosistemas, como controlando poblaciones de especies hospederas, permitiendo su coexistencia o generando la adaptación de estas en nuevos hábitats.

Para la profesora Gabriela Lankin, académica de la Facultad de Ciencias Agronómicas (FCA), existe un importante universo de microorganismos benéficos que cumplen roles fundamentales en los ecosistemas, como por ejemplo los que se encargan de degradar los restos orgánicos, limpiando la basura y devolviendo nutrientes al suelo. “En los cultivos agrícolas un suelo rico en microorganismos de este tipo será un suelo más fértil y lleno de nutrientes para los cultivos”, destacó.

“Bacteria, hongos, virus y nemátodos, entre otros, son capaces de parasitar y enfermar algunos insectos que son plagas agrícolas o forestales, lo que permite mantener un equilibrio ecológico, ya que, sin la necesidad de aplicar plaguicidas sintéticos, los niveles poblacionales de las plagas se mantienen a niveles que no representan daño. Incluso se producen comercialmente y se aplican como si fueran un plaguicida convencional, pero sin impacto negativo sobre el medioambiente. Existen bioplaguicidas en base a la bacteria Bacillus thuringiensis, en base a hongos entomopatógenos para el control de insectos plaga, o en base al hongo Trichoderma para el control de enfermedades de los cultivos”, puntualizó la profesora Lankin.

Conservación de la Diversidad Biológica

Naciones Unidas hace un llamado a proteger la vida de todas las especies del planeta a través del Convenio sobre Diversidad Biológica, promoviendo su conservación, el uso sostenible de los recursos naturales y la participación justa y equitativa de los servicios ecosistémicos.

El profesor Nicolás García, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza (CFCN) señala que en los ecosistemas hay procesos dinámicos constantes que van generando cambios naturales con el tiempo, a eso se le denomina equilibrio. Sin embargo, cuando hay una perturbación en el uso de suelo, se elimina cobertura vegetal, especies, ahí se irrumpe el equilibrio y se provoca que cambie el ecosistema y se desencadenen procesos que pueden ser dañinos, alterando la provisión de servicios ecosistémicos”.

El cambio climático es producto de la intervención humana de los últimos 150 a 200 años, al introducir CO2 a la atmósfera; la variación extrema de temperatura está provocando alteraciones y pérdida de la diversidad. “Los oasis de neblina en Arica y Tarapacá, son sistemas súper frágiles. Ha habido un retroceso de la superficie muy grande y con el cambio climático se va a acentuar el retroceso. Entonces las especies endémicas están en grave riesgo producto de estos graves desequilibrios que el hombre ha producido en la naturaleza”, advierte el académico de la CFCN en el libro "Flora Costera de Tarapacá", donde es coautor.

La conservación de todas las especies vivas, micro y macroorganismos, sin duda es una tarea transdisciplinaria y de la población en general. La Universidad de Chile cuenta con colecciones biológicas de más de 180 mil ejemplares en diversas unidades académicas, para unificar este importante patrimonio natural de nuestro país y engrosar la lista del catastro, la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo creó el Comité de Diversidad Biológica, presidido por el profesor García, quien además es curador del Herbario EIF de la CFCN.

“Contamos principalmente con colecciones de hongos, plantas y animales. Pero nos interesa abordar y promover la generación de materiales preservados de microorganismos también. Esto nos permitirá reunir información valiosa que quizás no se tenga, pero que va a servir para nuevas colecciones, y generar nuevos conocimientos”, enfatizó el profesor García.

Parásitos, bacterias, virus y otros microorganismos regulan y son regulados en complejas redes de seres vivos. Si el ser humano continúa alterando los ecosistemas, todos los seres vivos buscar nuevas estrategias para sobrevivir, la clave está en buscar el equilibrio entre el desarrollo y la conservación de las especies.

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